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viernes, 2 de enero de 2015

Metodología

Previamente a los vuelos los yacimientos que han sido seleccionados se señalan en planos de escala 1:50.000. En ocasiones por ser lugares de mayor dificultad de localización o porque interesa prestar atención a parcelas muy concretas de terreno, estos lugares se señalan en planos de escala 1:25.000, incluso 1:5000. 

En el avión ultraligero los planos se colocan entre planchas de metacrilato que con cintas van sujetas al piloto para su manejo. En la avioneta los puntos a prospectar son introducidos en un G.P.S, lo que facilita por una parte la mejor localización de los yacimientos, y por otra un mejor aprovechamiento de los desplazamientos al moverse de punto a punto en línea recta y no siguiendo ríos, carreteras etc., que conlleva importantes rodeos.

Las campañas de arqueología aérea se realizan sobre todo en la primavera -verano, sobre las extensas zonas de siembras cerealistas, que en estas tierras ocupan todavía cerca de un 65% de las tierras cultivadas. Los vuelos invernales sobre tierras desnudas de vegetación, iniciados en 1989 tras más de veinte años de uso intensivo de maquinaria moderna para el laboreo, raramente han aportado la visión de estructuras, en todo caso manchones blanquecinos o cenicientos que señalan una ocupación antrópica. 

En los años sesenta sobre todo en Francia se consiguieron buenos resultados en los periodos invernales, gracias a que los trabajos de arqueología aérea se iniciaron en los primeros años de utilización de la maquinaria moderna, y en los primeros años de puesta en cultivo de tierras dedicadas anteriormente a pastos, etc., De tal manera que el arado infería en los restos de muros, apareciendo en la superficie una línea blanca de la argamasa descompuesta. El laboreo de varios años disgrega y extiende esta argamasa mostrándose tras la arada un manchón más o menos informe. 

Los yacimientos son prospectados en días y horas diferentes, porque hay factores de color, altura de la planta etc., que influyen hasta el punto que una alteración que apenas es visible con una luz brumosa de la mañana, presente a la caída de la tarde una visión espectacular, o viceversa.


Después de cada vuelo en un cuaderno de campo se anotan diversos datos referentes a las condiciones de los vuelos, lugares recorridos, horas, circunstancias de luz, etc.,. Recibidas las fotografías del laboratorio se anota en el marco de la diapositiva el nombre del municipio, la provincia, el nombre del yacimiento y la fecha del vuelo. Posteriormente se abre una ficha, en la que se anotan datos como el número de fotografías tomadas, condiciones de los vuelos, estado de la siembra, humedad de los suelos, etc.. El trabajo de la campaña finaliza con una fotointerpretación de las alteraciones registradas, así como con un primer análisis de las mismas.

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