En este apartado se refieren los medios aéreos y
fotográficos que se han empleado en las campañas de arqueología Aérea. En 1989
se iniciaron los trabajos tras la compra de un avión ultraligero, en concreto
un avión pendular de la casa francesa Air Creatión, biplaza, con un ala SX, 50
caballos de potencia, un crucero medio de unos 80 Km./h, y una autonomía en
monoplaza, gracias a un deposito suplementario de unas cuatro horas de vuelo.
El avión ultraligero tiene importantes ventajas para los
trabajos arqueológicos. Comenzando por su precio de coste muy inferior a una
avioneta o su mantenimiento. Asimismo una normativa menos restrictiva, sin
supeditación a los horarios de aeropuertos te permite volar del orto al ocaso.
La falta de cabinaje facilita una visión de más de 180 grados sin obstáculos lo
que ayuda no solo a una más fácil localización de los yacimientos señalados en
los planos, sino sobre todo a percibir en los momentos de tránsito o en las
prospecciones extensivas yacimientos que eran inéditos. La toma de fotografías
se realiza con gran facilidad, no siendo necesario apenas inclinar el avión
para realizarlas, además de poseer una gran comodidad y precisión en el
mantenimiento de giros alrededor del lugar arqueológico. La velocidad de estos
aviones supone también una gran ventaja no solo para la toma de fotografías,
sino también para percibir con mayor facilidad alteraciones en los suelos y
vegetaciones que a veces son solo visibles en cortos ángulos.
Las desventajas principales son las de la restricción de su
operatividad a puntos que no superen los 50-60 kilómetros del campo de
aterrizaje, distancia que te permite prospectar en un ámbito provincial, pero
no en lugares tan alejados como los de esta región de Castilla y León, que
pueden alcanzar los 250 kilómetros desde un punto como es Valladolid, situado
casi en el centro de la Comunidad. La segunda desventaja importante en relación
a las avionetas convencionales es la mayor influencia en estos aparatos de los
condicionamientos negativos para el vuelo como vientos y turbulencias de tipo
medio, lo que obliga a volar en condiciones de mayor seguridad; disminuyendo
por tanto según años el número de días en los que se puede volar.
Desde 1991 para los vuelos que se realizaban fuera de la
provincia de Valladolid se alquilaron avionetas de aeroclub. Pero será en 1995
cuando se compre una avioneta y se obtenga el título de piloto privado.
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